Me gustan las películas, pero tengo un grave problema: casi nunca me acuerdo de lo que acontece en las películas que he visto. Constantemente lucho con recordar la trama y los particulares de la cinematografía. Esto me sucede en especial con historias cuya trama está conectada a otros relatos que se desarrollan en diferentes películas, como es el caso del Señor de los Anillos o la colección del Universo de Marvel. Mi problema no es que no disfruto las historias. Por lo contrario, las disfruto enormemente. Mi problema es que no recuerdo bien de qué se trataban.
¿Qué hace que la información pase de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo?
Según David A. Sousa (2017) hay dos criterios importantes que ayudan a que el cerebro almacene y procese información a largo plazo: el sentido y el significado. Los estímulos que se pueden interpretar como contenido con sentido y significado, tienden a ser almacenados en nuestra memoria a largo plazo. La diferencia entre los criterios de sentido y significado, es que el sentido se refiere a la medida en que algo se entiende, mientras que el significado se refiere a la relevancia que algo tiene. Es posible que hayan cosas que tienen sentido y sean entendibles, pero que no tengan mayor relevancia en la vida de un individuo. En general, las memorias que quedan grabadas a largo plazo, son memorias que nos han impactado (positiva o negativamente).
En cuanto a procesos de aprendizaje, debemos procurar experiencias que creen significado. No es suficiente con traer claridad conceptual, o presentar información para que se entienda, sino que debemos crear oportunidades para relacionar la información con aspectos internos que forjen nuevos significados. Eso hace que la enseñanza se vuelva memorable.
Bibliografía
Sousa, D. (2017). How the brain learns. Thousand Oaks, CA: CORWIN.