Tirame un salvavidas, Dios del cielo
Pues mi alma bajo el agua se está ahogando
En el fango profundo no hallo suelo
Sumergido en el fondo, agonizando.
No me queda voz por tanto grito
Mi cuerpo flaquea, mi fuerza se esfuma
Angustia, temor, dolor infinito
Mis ojos se cierran, mi alma se abruma
¡Aguanta, alma mía! ¡Levanta la vista!
¡Espera! ¡Ya viene! …Tu fiel rescatista!