Pasur, uno de los principales sacerdotes en la casa de YHWH, está inconforme con el profeta Jeremías, ya que este está anunciando destrucción y desolación al pueblo en el atrio del templo. Para Pasur, Jeremías se ha sobrepasado. Lo que está haciendo es irrespetuoso; nadie debería hablar de esa manera en la casa de YHWH. Ese mensaje es anti-patriótico, una traición nacional, digno de represión y castigo. Pasur se aferra a la violencia para callar a Jeremías. Es más fácil silenciar al atrevido que prestar atención a su mensaje, a su motivación o a su Dios. Pasur le dará una lección a Jeremías que, supuestamente, lo hará callar, poniéndolo en un cepo. Nada como un acto de encarcelamiento para obligar al perturbador de la paz a que se calle. “Un día en el cepo, y lo obligamos a enmudecer” – seguramente pensó Pasur.
No es muy claro qué significaba el nombre ‘Pasur’. Algunos especulan que quizás el nombre significaba ‘quien trae libertad’ o ‘quien pronuncia juicios’ cuando hay división. Aun si ignoramos el significado de su nombre, es claro que Jeremías, a través de un cambio de nombre, saca a la luz una contradicción. Si Pasur cree ser el juez que trae libertad o el que juzga entre los hombres, se equivoca. Pasur se convierte en Magor-missabib, es decir, en “terror alrededor“. Este sacerdote es un peligro y un “terror” para sí mismo y para otros que confían en él. Su posición a cargo del templo quizás le hizo creer que allí podía escuchar mejor a YHWH. Pero la palabra de YHWH vino a Jeremías, al profeta, no al sacerdote. El que actuó con violencia y pretendió ejercer autoridad sobre el profeta terminará experimentando violencia y será sometido al exilio. Es curioso que Jeremías lo acusa de haber profetizado con mentira (v. 6). El sacerdote que quiere ser disque profeta diciendo lo que la gente quiere oír es confrontado por el verdadero profeta, el que dice lo que nadie quiere oír.
Es irónico que el sacerdote del templo no pudo escuchar la palabra de YHWH. Es más, empleó la violencia contra Jeremías y trató de silenciar su voz. El que supuestamente sabía pronunciar juicios justos y liberar a otros, no pudo discernir lo justo y encerró a su aparente rival. Pasur se equivoca. Queriendo suprimir la inminente realidad, anuncia paz y tranquilidad. Pero verá terror alrededor.
Desde la perspectiva de Jeremías, podríamos decir que es un reto hablar la palabra de YHWH cuando contradice las creencias comunes y amenaza la seguridad de un pueblo. Ese mensaje, aunque verdadero, engendra violencia. A veces, hablar la palabra de YHWH es exponerse a la soledad y al maltrato.
¡Qué difícil es ser profeta ante sacerdotes que tienen el monopolio de las instituciones religiosas y de la violencia! ¿Cuántas personas a cargo de instituciones religiosas hoy se siguen convirtiendo en Magor-missabib? Son un terror para ellos mismos y para los que los siguen.